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Crítica: El Equipo A. Un divertido chute de adrenalina

Ya nos hemos hecho a la idea de que todo aquello que haya tenido cierto éxito en el pasado va a ser actualizado por la turmix de Hollywood, así que si encontramos razones para darle una oportunidad a todas estas recreaciones más nos vale hacerlo con la mente abierta y sin llevar ideas preconcebidas a las salas de cine.

El Equipo A es un divertidísimo entretenimiento que basándose en la popular serie de los ochenta, revitaliza el concepto llevándolo de una manera muy consciente hasta el terreno del videojuego.
La premisa del film es la ya conocida por los seguidores de la serie.

El grupo de operaciones especiales comandado por Hannibal Smith se crea durante la guerra que tiene lugar en Oriente Medio y allí ganan fama por utilizar formas poco heterodoxas a pesar de ser muy efectivos.
Cuando regresan de una arriesgada misión secreta encuentran que el único alto mando que conocía de dicha operación ha muerto en un atentado y todas las pruebas les incriminan en un crimen del que son inocentes.
Tras ser degradados y encarcelados, deciden demostrar su inocencia encontrando a los verdaderos culpables, sin saber todo lo que les espera para lograrlo.
El despliegue de medios del que ha contado Joe Carnahan para narrar la historia del comando fugitivo es realmente impresionante.
No se ha escatimado en presupuesto o imaginación para hacer que cada escena de acción supere en magnitud e intensidad a la anterior, que es en definitiva de lo que aquí se trata.
Así mismo, el retrato de los personajes es muy adecuado al recuerdo que guardamos de ellos, aunque sus respectivos roles dentro del comando han quedado en ocasiones algo desdibujados.
Los actores han encontrado el punto justo entre el realismo y la fantasía más disparatada para poder interpretar con cierta integridad estos personajes.
La calidad que aporta Liam Neeson es del todo necesaria para que no importen las majaderías que se les ocurran mostrar en pantalla a los guionistas y podamos pensar que hay un cerebro detrás de cada plan.
Si he de destacar la labor de alguno sin duda me quedo con Sharlto Copley, el gran descubrimiento del año pasado en la brillante District 9, que no solo le hace gran justicia a Murdock si no que aporta su personal toque de locura al personaje reservándose algunos de los momentos más divertidos de la cinta.
Lamentablemente el final de la película pretende ser tan grande y tan espectacular que termina por perder el buen rumbo y haciendo que todo salga por los aires sin una justificación plausible.
La narración en ese último plan se vuelve confusa por la reiteración de explicaciones innecesarias y el resultado final no está a la altura del resto de la cinta.
Sin embargo esto no debe haceros desestimar la película si la teníais en vuestras miras ya que el conjunto total del film es más que aceptable y satisfactorio.
Eso si, si alguien encuentra los cameos de Dwight Schultz o Dirk Benedict, que no deje de compartirlo con nosotros en la sección de comentarios.

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