Si hace unos días comentaba que The Tourist es un remake de una película francesa, ahora es Paul Haggis el que se va a nuestro país vecino para reciclar la historia del thriller Pour Elle y convertirla en The next three days, la tercera película de un cineasta cuya carrera como director comenzó vertiginosamente al ganar el Oscar a la mejor película con la estimable (pero no merecedora del premio) Crash.
El fracaso de su segunda película, la excelente En el valle de Elah, a llevado al también guionista de Million Dollar Baby y Banderas de nuestros padres a asociarse con una estrella como Russell Crowe para su nueva y más comercial película, un thriller en el que también veremos a Liam Neeson y Elizabeth Banks, que interpretará el papel que la bella Diane Kruger hizo en la cinta original.
The next three days se estrena en Estados Unidos el próximo 19 de noviembre, aunque las posibilidades de que la película entre en la carrera por los Oscar no es demasiado alta.
Un matrimonio felizmente casado ve como su vida se viene abajo sin remedio cuando la esposa es condenada a 20 años de prisión por un asesinato que insisiste en no haber cometido.
Su marido, que está convencido de su inocencia, emprenderá una lucha para intentar sacarla por todos los medios de prisión.
Dicha lucha se centrará primero en los intentos legales para sacar a su esposa de la cárcel pero cuando el personaje de Russell Crowe se de cuenta de que su mujer va a estar mucho, mucho tiempo pone en marcha un plan desesperado.
Una cosa es que la historia de The next three days esté inspirada en una película que está disponible para quien y quiera verla y otra que toda la película aparezca resumida de mala manera en el trailer del film.
Sigo sin entender qué hace creer a los estudios que los espectadores tendrán más ganas de ver una película según el número de spoilers y detalles estén a su alcance.
Más allá de esto, el nuevo thriller de Haggis tiene una pinta suficientemente atractiva y un equipo de lo más interesante, delante y detrás de las cámaras, para justificar los 7 euros de la entrada.
Aunque no nos vayan a sorprender.
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