Pequeña sorpresa la que me he llevado con la argentina Cerro Bayo, dirigida por una Victoria Galardi que espera continuar su fructífera relación con San Sebastián después de que su ópera prima, Amorosa Soledad, se llevase el premio del Jurado de la Juventud en 2008.
Por lo pronto ya ha ganado el premio Otra Mirada que otorga TVE desde hace cuatro años, en esta ocasión “por concentrar en el pequeño universo de una familia la multiplicidad de sentimientos y aspiraciones de tres generaciones de mujeres que cuentan con los hombres sin depender de ellos“.
Premios sexistas e innecesarios aparte, Cerro Bayo es una comedia dramática pequeña y ligera, pero definitivamente encantadora.
Sorprendentemente es una de las pocas películas de la Sección Oficial que podrían extender su metraje veinte minutos y es que ochenta y seis minutos se me antoja muy poco tiempo para explorar las subtramas de los distintos miembros de esta peculiar, pero creíble familia.
Me quedo sin lugar a dudas con la encantadora historia de la adolescente desesperada por perder la virginidad para participar en un concurso local.
La excelente intepretación de Inés Efrón, una de las mayores promesas del nuevo cine argentino gracias a película como XXY o La niña pez.
Carismática y talentosa, no conviene perderle la vista.
Cerro Bayo recuerda a la fórmula del cine familiar que también se le ha dado a la corriente del cine (más o menos) indepentemiento norteamericano en los últimos años, ejemplificado a la perfección en films como Pequeña Miss Sunshine.
Sin llegar a la maestría de la película protagonizada por Toni Collette (y que fue premiada por el público de San Sebastián hace tres años), el film de Galardi deja un agradable sensación en los espectadores.
Veremos si es suficiente para que caiga uno de los premios en la lectura del palmarés de mañana.
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