Damas y caballeros, aunque la generación de los nacidos en los 2000 no lo sepan, las palabras Never let me go son algo más que el título de una canción de Justin Bieber.
La novela de Kazuo Ishiguro (cuyo libro Lo que queda del día ya fue llevado al cine con éxito) del mismo nombre está considerada por la prestigiosa revista TIME como el libro más importante de la década y con tales parabienes era cuestión de tiempo que alguien se animase a adaptarla.
Tras abandonar el proyecto de de poner en marcha la última versión de El hombre lobo (que acabó dirigiendo el más impersonal Joe Johnston) por problemas con la Universal, Mark Romanek decidió apostar por un proyecto más intimista, persona y pequeño, pero decididamente más interesante.
El 1 de octubre llegará a la pantallas estadounidesnes una película que cuenta con tres futuras estrellas de Hollywood en su reparto: Carey Mulligan, Keira Knightley y Andrew Garfield, el nuevo SpiderMan.
A primera vista, los jovencitos que estudian en el internado de Hailsham son como cualquier grupo de adolescentes: practican deportes, tienen clases de arte y descubren el sexo, el amor y los juegos del poder, pero en absoluto son chicos normales.
En sus años en Hailsham, los años más determinantes de su vida, Kathy y sus compañeros, amigos y / o amantes Tommy y Ruth empezarán a descubrir la terrible verdad de sus orígenes (y sus destinos).
Tuve la oportunidad de leer la novela antes de saber que existía un proyecto para llevarlo a la gran pantalla y, aunque puede que la etiqueta de mejr libro de los últimos diez años le pueda quedar un poco grande, no queda duda de que estamos ante una historia maravillosa, trágica y profunda como pocas obras de ciencia ficción.
La única obra que se me viene a la cabeza ahora mismo, más en la forma que en el fondo, es la extraordinaria Gattaca.
Ahí es nada.
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