En el mismo momento en que vi a un gato cagar durante más de un minuto en plena proyección de Los padres de él me di cuenta de que las buenas ideas (que las hubo) de la saga protagonizada por Robert De Niro y Ben Stiller habían llegado a su fin.
No importa que hubiesen incorporado a su casting a dos leyendas de la interpretación de la talla de Barbra Streisand y Dustin Hoffman: ya era demasiado tarde.
Los 516 millones de dólares de la secuela (partiendo de un presupuesto de 80) dejaban claro que la saga podriá volver en cualquier momento… y así lo hará el 22 de diciembre, cuando se estrene en nuestro país la muy temible Ahora los padres son ellos.
Aunque el argumento sea lo de menos, tal y como nos adelanta la incorrecta traducción del (intraducttible) Little Fockers, la paternidad de los personajes de Ben Stiller y Teri Polo van a ser el epicentro de la película, en la que habrá cabida para gloriososos homenajes a El Padrino (quién te ha visto y quién te ve Robert…) e hilarantes escenas con bebés con vómitos incluídos.
Obviamente estoy de broma.
Señores, acostumbrados como estamos a ver los mejores gags de las comedias en los trailers, esto da mucho pero que mucho miedo.
Tras la huída de Jay Roach, director de las dos películas originales y toda la saga Austin Powers, el neoyorquino Paul Weitz vende un poquito su alma y se pone al frente de un proyecto que avergonzará a los que amamos su Un niño grande.
Por si eres de los que aún tiene interés en la película, podéis congratularos con la incorporación de Jessica Alba, Harvey Keitel y Laura Dern a una pelicula que confirma lo que todos ya sabíamos: todo el mundo tiene un precio.
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