Veinte horas en avión y una vuelta alrededor del mundo para regresar a San Sebastián confirman que Diego Luna fue probablemente uno de los hombres más felices del mundo el fin de semana gracias a su ópera prima Abel, ganadora de los premios Horizontes Latinos y Jurado de la Juventud (reconociéndola como la mejor entre una muestra de 28 películas dirigidas por cineastas con una o dos películas en su currículum) en el festival donostiarra.
Contando con dos actores amigos como Gael García Bernal y John Malkovich en calidad de productores de la película, Abel llega a los cines españoles el próximo viernes 1 de octubre.
El personaje del título es un niño de nueve años que, al volver del hospital psiquiátrico en el que está internado para estar unos días con sus familiares, en empieza a comportarse como si fuese el patriarca de la familia.
Su madre, abandonada por su marido, y sus dos hermanos tendrán que acostumbrarse a la nueva situación: tienen la orden del médico de dejar manga ancha a Abel.
Todo irá más o menos bien hasta que regrese el verdadero padre.
Como ya comenté en mi crítica de la película, estamos ante una pequeña pero encantandora película que convencerá a todo aquel que se decida a verla.
Una comedia sencilla, pero tremendamente efectiva, que nace como un intento de homenaje de Luna a su madre, que perdió la vida cuando él tenía sólo tres años.
Muy recomendable.
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