Aunque ahora se dedique a otros menesteres más comerciales y alejados de sus origenes, es indudable la influencia del cine de Guy Ritchie (y en especial sus primeras películas, Lock & Stock y Snatch, cerdos y diamantes) en el nuevo cine británico.
Wild Target es un buen ejemplo….
que ojalá siga los pasos de Escondidos en Brujas, la versión mejorada de las historias de Ritchie protagonizada por unos sensacionales Colin Farrell y Brendan Gleeson.
Jonathan Lynn (Mi primo Vinny) dirige a un reparto encabezado por Rupert Grint, Emily Blunt y Bill Nighy en esta comedia criminal con toques dramáticos que aguarda fecha de estreno en España.
Nighy, extraordinario actor secundario que se apoderó de la encantadora Love actually con su papel de rockero malhablado, será un veterano asesino a sueldo que prepara su último trabajo antes de retirarse… hasta que descubre cual es su encargo: matar una atractiva mujer y a un joven, algo a lo que no está dispuesto.
En lugar de asesinarles, decidirá protegerla a ella y encargarse de él y enseñarle todo lo que sabe.
Todo se torcerá cuando el gangster envíe a otro asesino a sueldo para acabar con los dos.
Rupert Everett (La boda de mi mejor amigo), Eileen Atkins (Robin Hood) y Martin Freeman (El Hobbit) son los lujosos secundarios de una película que ha sido recibida con críticas agridulces por la prensa británica, con sus detractores acusando a la dirección de Lynn de plana y al libreto de Lucinda Coxon de quedarse a medio camino.
Los que estarán contentos son los fans de Rupert Grint, que tiene una gran oportunidad de demostrar su valía en un papel muy lejano al de Ron Weasly.
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