Queda claro que las películas de superhéroes se han convertido en un género en sí mismo cuando inundan nuestras carteleras, al mismo tiempo que numerosos cineastas intentan parodiarlas.
Ya sea desde un punto de vista falsamente divertido al más puro estilo de inenarrables spoof movies como Superhero Movie o interesantes vueltas de tuerca como Kick Ass.
La comedia con toques dramáticos Super sigue la línea de la película de Matthew Vaughn, pero traspasándola brutal y violentamente.
James Gunn es el responsable del guión y la dirección de una de las sensaciones del último festival de Sitges, donde el público vibró gracias a su falta de límites.
El protagonista de Super es Frank, en apariencia, un perdedor, un tipo normal y corriente que ve como su esposa se marcha con un peligroso traficante de drogas de la ciudad.
Tras el periodo de luto correspondiente y tener una curiosa conversación con una dependiente de una tienda de cómics (que después se convertirá en su hilarante ayudante), decide convertirse en un justiciero sin lógicamente superpoder alguno pero que poco a poco logra combatir el crimen en su zona a base de fuerza bruta.
Ladrones, violadores y hasta la gente que se cuela en la fila del cine estarán en peligro.
Rainn Wilson (The Office) clava un papel protagonista que le va al dedo, aunque la verdad es que la película acaba despegando cuando Ellen Page (en un papel muy similar al que le hizo famosa, Juno) se hace fuerte en pantalla, con un personaje espídico, apasionado y violento que se gana a la platea desde su primera aparición como el Robin de Frank.
Liv Tyler y Kevin Bacon completan el reparto de esta peculiar pero recomendable excentridad no recomendada para menores de 18 años.
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