Skyline se estrena mañana en Estados Unidos y a 24 horas de sus primeros pases nadie está muy seguro del impacto en taquilla que va a tener la película.
Dicen que el que primero golpea, lo hace dos veces (y Skyline es el primer film de la nueva oleada de cine de invasiones y extraterrestres que ocuparán los cines durante los dos próximos años) pero no tengo yo tan seguro que el público no vaya a ignorar la película por su bajo presupuesto y su tono de serie B.
Pase lo que pase, en España tendremos que esperar hasta el 26 de noviembre para ver qué pasa.
El arranque de la película de los hermanos Greg Strause y Colin Strause recuerda ligeramente al de otra producción de reducido presupuesto: Monstruoso.
Un grupo de jóvenes está celebrando una fiesta cuando de repente se dan cuenta de que está sucediendo algo extraño: una misteriosa luz que comienza a engullir a la población de la Tierra.
Superado el impacto inicial, el grupo de amigos intentará descubrir qué está pasando al mismo tiempo que intentan salvar su vida.
Eric Balfour (A dos metros bajo tierra) es el único actor medianamente conocido de una producción que ha dedicado la gran mayoría de sus 20 millones de su presupuesto a unos efectos especiales que prometen ser espectaculares….
siempre y cuando aceptemos que no estamos ante una superproducción que habitualmente contaría con esa cantidad multiplicada por seis o siete veces.
Las cosas como son, no se puede pedir más con tan pocos medios.
Otra cosa es que eso sea suficiente para acudir a las salas: para mí, no.
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