Quedan sólo unas semanas para que, presumiblemente, Dreamworks vuelva a demostrar con Megamind que no siempre es necesario tener una buena película entre tus manos para poder arrasar en taquilla.
Después de todo, la excelente Cómo entrenar a tu dragón no deja de ser un oasis en un desierto de películas mediocres como Monstruos contra alienígenas, la saga Madgascar o la mayoría de las secuelas de Shrek.
El 3 de diciembre los espectadores españoles descubriremos si aún hay esperanza para el estudio presididio por Jeffrey Kratzenberg o si las aventuras de Desdentado y compañía no fueron más que un (buen) sueño.
Megamind representa una nueva vuelta de tuerca, en esta ocasión a traves de la animación en tres dimensiones, al ya sobreexpuesto género de los superhéroes.
En esta ocasión el héroe de la historia no es el salvador, si no un supervillano cuya vida carece de todo sentido cuando mata a su archienemigo, el adorado Metro Man.
Lo que podría parecer su mayor momento de gloria acaba convirtiéndose en un aburrimiento mortal, por lo que Megamind acaba creando un nuevo héroe… que le saldrá rana al querer convertirse en un villano como él.
Aunque estoy seguro de que la pelícual estará llena de gags, más o menos afortunados, buena parte del resultado de la película dependerá del carisma de los personajes y la brillantez del espectacular reparto de estrellas que les dobla: Will Ferrell, Brad Pitt, Jonah Hill o Tina Fey.
¿Cuándo se dará cuenta de que lo que la película necesita son conflictos y personajes verosímiles y no la estrella de turno? Si no cambian de idea, seguirán dando productos efectivos (la nueva escena filtrada por el estudio lo es), pero olvidables al cabo de unos meses.
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