Es muy extraño que con la cantidad de gente inteligente que son en Hollywood siga habiendo errores de casting tan garrafales como el de Los viajes de Gulliver.
Si Will Ferrell y la temible El mundo de los perdidos demostró algo, es que los espectadores quieren ver a los actores de comedia haciendo comedia y no intentos imposibles de películas de aventuras con un protagonista fuera de su sitio.
Mucho me temo que Jack Black no será tampoco un buen Gulliver… y no me malinterpretéis, Black me convenció en películas como Alta fidelidad o Escuela de Rock, pero ¿quién se acuerda positivamente de su trabajo en King Kong? Los viajes de Gulliver, versión Black, se estrenará en los cines americanos en tres dimensiones en plenas Navidades.
En España no se ha concretado fecha ninguna.
Lemuel Gulliver es un escritor que durante un viaje por el Triángulo de las Bermudas va a parar a la isla oculta de Lilliput, un lugar donde todo mide la doceava parte que en nuestro mundo.
Allí con mínimas las preocupaciones cotidianas, aunque se trata de un pueblo con mucha moralidad, temerosos de Dios y honestos, como el estereotipo de los ingleses de aquel tiempo (Sinopsis oficial).
El director de animación Rob Letterman de la factoría Dreamworks, responsable de dos mediocridades Monstruos contra Alienígenas y El espantatiburones, es el cineasta detrás de las cámaras de la enésima adaptaciónal cine del relato de aventuras creado por Jonathan Swift en 1726.
Los divertidos Emily Blunt (El hombre lobo), Jason Segel (Paso de ti) y Amanda Peet (Falsas apariencias) completan el reparto de una película que tendrá el difícil exámen de sobreponerse a su carismático pero cargante secundario con una buena historia conocida y mil veces vista ya.
Suerte, Gulliver.
La necesitas.
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