Para muchos Zack Snyder es uno de las grandes esperanzas del cine de acción pero para mí no deja de ser un director con las mismas habilidades para lo visual como defectos para lo narrativo, un cineasta capaz de enamorar a gran parte de los espectadores con 300 al mismo tiempo que a mi me aburría más que una oveja con la muy pesada Watchmen.
En definitiva, un director polémico cuyo mejor trabajo, para un servidor, sigue siendo su ópera prima, la excelente Amanecer de los muertos.
Pocos meses después de estrellarse con su primera película animada (Ga’Hoole.
La leyenda de los guardianes), Snyder se lanza a su proyecto más personal con la muy sensual Sucker Punch, una espectacular cinta de acción que llegará a las pantallas de medio mundo el próximo 25 de marzo.
La película, la primera en la filmografía del director basada en una idea original propia, es una fantasía épica de acción que nos sumerge en la imaginación de una joven cuyos sueños le ofrecen la mejor escapatoria para su realidad más oscura: la chica está encerrada por su propio padre en una institución mental.
Adentrándose en sus fantasías más espectaculares y libres, la joven vivirá increíbles aventuras que cruzarán la fronteras entre lo real y lo imaginario con la ayuda de otras cinco jóvenes.
Antes de ponerse a las órdenes de ChristopherNolan en el nuevo Superman, el cineasta nos demuestra una vez sus extraordinarias dotes para la puesta en escena en una película que promete ser tan fascinante como irreal, en el mejor y peor sentido de la palabra al mismo tiempo.
Sin dudar en ningún momento que la película acabará haciendo aguas argumentalmente, no puedo si no aplaudir la originalidad y el riesgo de Snyder con una película distinta, visceral y muy, muy sugerente.
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