Si hay alguien al que podemos de culpar del revival del subgénero de las peliculas de venganza ese es Luc Besson.
El visionario cineasta francés fue el responsable de poner en marcha Venganza, una película tan poco original como tremendamente efectiva, que mostraba el viaje de un Liam Neeson por Europa intentando encontrar a su hija y cargándose a cualquiera que tuviese relación su secuestro.
Tras el espectacular éxito de taquilla en medio mundo, buena parte de las estrellas masculinas de Hollywood quisieron tener su propia película vengativa.
Con Sed de Venganza le toca al turno a Dwayne Johnson.
Billy Bob Thornton será el protagonista de una adrenalítica cinta de acción que llegará a las salas españolas el 2 de febrero.
Antes que nada, hay que reconocer la brutal honestidad de estas cintas: empezando por el trailer y continuando con sus trailers y escenas filtradas, queda claro qué clase de película tenemos ante nosotros.
La historia de un antiguo ladrón que quiere vengar la muerte de su hermano, fallecido diez años antes en un robo en el que fue traicionado, se puede contar de distintas maneras… a no ser que tengas como protagonista a alguien como Johnson, una estrella de la lucha libre antes de empezar a trabajar en la industria del cine.
En ese caso no te queda más remedio que empezar a repartir hostias.
Hablando mal y claro.
Viendo el trailer y los anuncios de la película uno se da cuenta de que Sed de Venganza tiene muchas papeletas para convertirse en un espectáculo de lo más entretenido y vistoso, que agradecerá la presencia de un actor mayormente carismático como Johnson.
El problema será para los que no son fans del género (y yo no lo soy, aunque disfruté mucho de la película protagonizada por Liam Neeson): las probabilidades de encontrarse algo nuevo u original en la película son muy reducidas.
En definitiva, otra de esas películas para fans.
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