No me gustaría estar ahora mismo en la piel de uno de los productores Season of the Witch, la nueva película de Nicolas Cage.
El espectacular fracaso en taquilla de El aprendiz de brujo en todo el mundo (215 millones de dólares se antojan como insuficientes para una película que, entre su producción y su promoción, costó poco menos que eso) no favorece en absoluto a una película con la que además comparte género: la aventura y la fantasía.
Que su director sea Dominic Sena (Whiteout, 60 segundos) tampoco ayuda.
Season of the Witch se estrena en Estados Unidos el próximo 7 de enero.
En su nueva película, además de llevar el enésimo pelucón de su carrera, el actor de Leaving Las Vegas será un caballero del siglo XIV que se convierte en protector de una niña acusada de ser una bruja culpable de una peste negra que asola la localidad.
Juntos escaparán y llegarán hasta una abadía de monjes especialistas en exorcismos que intentarán ayudar a la niña a liberar los malos espíritus, pero las cosas no salen como ellos esperaban.
Obviamente, si se me permite añadir.
Dos clásicos del género como Christopher Lee (visto en millones de producciones fantásticas, entre ellas la trilogía de El señor de los anillos) y Ron Perlman (Hellboy) ponen la nota de color en una película que suena un poco antigua y cuyos primeros avances no hacen esperar nada especialmente destacable.
La próxima vez será, Nic.
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