La céntrica plaza de Callao se convirtió anoche en una galaxia de estrellas en la premiere de Burlesque, a la que asistieron la cantante y ahora actriz Christina Aguilera, Kristen Bell, Cam Gigandet (estos dos, perfectamente conscientes de su posición, se quedaron en un segundo plano), el director Steve Auntin y Cher, auténtica estrella de la película y del multitudinario evento presentado por Boris Izaguirre.
La legendaria cantante y actriz ejerció como la estrella que es y no sólo se limitó a firmar autográfos, saludar a sus fans y quedarse atrás para recibir una ovación que el público estuvo encantado en darle… si no que enseñó a los presentes más de lo necesario con unas transpariencias un tanto impropias de una señora de 64 años.
Pero claro, para bien y para mal, Cher no es la típica abuela a la que vamos a visitar y pedir la paga cada domingo.
Y si no me creéis, no tenéis más que ver Burlesque cuando la estrenen el próximo 17 de diciembre.
Cientos de personas se agolparon en las calles madrileñas para ver de cerca a sus ídolos, dos cantantes reconvertidas en actriz de un modo que ya hubiesen querido para sí Mariah Carey o Madonna, entre tantas otras artistas con ínfulas.
Aunque claro, comparar a una y a otra es como poner a un catedrático y a un alumno de bachillerato en el mismo nivel: incoherente.
Una alumna aventajada de la vieja escuela, Cher es uno de esos artistas que sabe qué significa e implica ser una estrella del espectáculo.
Como Tom Cruise o Will Smith han aprendido con destreza: en el mundo del espectáculo no eres nadie sin tus fans.
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