El 16 es un día negro para los aficionados a la buena comedia.
Hace tan sólo unos minutos se ha hecho oficial la muerte de Blake Edwards, un director que será recordada para siempre por tener en su currículum películas tan míticas como Desayuno con diamantes o La pantera rosa.
Aunque sólo optó al galardón en una ocasión en toda su carrera (en 1982 gracias al guión de ¿Victor o Victoria?), en 2004 recibió un Oscar honorífico de las manos de un Jim Carrey que no dudó un sólo segundo en proclamar su admiración por él.
En sus cuarenta años de experiencia como director, Edwards trabajó con algunas de las mayores estrellas de la historia de Hollywood (desde Audrey Hepburn a Jack Lemmon pasando por Julie Andrews, William Holden, Tony Curtis y Janet Leigh) aunque su relación más estrecha y fructífera fue con Peter Sellers, con quién trabajó en casi una decena de películas pese a no ser tan amigos fuera como dentro de la pantalla.
Esos proyectos incluyen, por supuesto, seis películas protagonizadas por el inolvidable Inspector Clouseau, un hilarante investigador que enamoró a la audiencia desde su primera aparición en La pantera rosa.
Aunque Días de vino y rosas, su debut en el drama, le valió una nominación al Globo de Oro al mejor director, Blake Edwards será siempre recordado por lo que es: uno de los mejores directores de comedia de la estrella del cine.
Que en paz descanses, maestro.
Te lo has ganado.
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