A pesar de su intensa presencia en los medios de comunicación y las estupendas críticas que ha recibido, 127 horas no está funcionando tan bien como debería.
Muy felices se las prometía su director Danny Boyle cuando su última película recaudó 66 mil dólares por copia en su muy reducido fin de semana de estreno.
Casi dos meses después y cuando el número de salas ya ha superado los 400 cines, 127 horas todavía no ha sido capaz de alcanzar los 10 millones de dólares de recaudación.
El 25 de febrero el público español dará el visto bueno (o no) a este intenso drama protagonizado por James Franco.
De hecho, a estas alturas Franco es la única gran esperanza del film en las categorías más gordas del año después de que el film se quedase fuera del listado de candidatos mejor película y dirección en los Globos de Oro y otras asociaciones de premios.
La energética y vibrante puesta en escena del director de Slumdog Millionaire, evidenciada en la nueva escena de la película, se ha quedado sorprendemente fuera de la carrera en favor de un director mucho más clásico e impersonal como Tom Hooper.
Lo explícito de las imágenes de la automutación a la que se somete el protagonista pueden haber sido la causa del relativo fracaso de una película: no todo el mundo está dispuesto a ver (y aplaudir posteriormente) una película con una escena tan intensa y dramática de más de tres minutos de duración.
Ellos se lo pierden.
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