Hay una (inteligente) frase hecha que dice que, si no tienes nada agradable que decir sobre alguien, es mejor estarse calladito.
Me encantaría poder hacer lo mismo respecto a la turca Miel, pero el estreno del último Oso de Oro del festival de Berlín merece la atención de los aficionados al cine… o no.
Mañana viernes 28 de enero, casi un año después de su coronación el festival alemán, se estrenará la película con la que el muy auteur Semih Kaplanoglu cierra su supuestamente prestigiosa trilogía Yusuf.
Ignorada por el Comité de Selección que se encarga de seleccionar las nominadas al Oscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa, Miel habla (es un decir… porque dialogos los justos) sobre la relación entre un padre y su hijo.
El niño de seis años, tartamudo, está en la escuela aprendiendo a leer y escribir.
El padre se dedica a la apicultura… hasta que se cae en pleno trabajo y no vuelve a casa.
Y eso es, básicamente, todo lo que vemos en cien minutos de película.
Tiene que haber cine para todos los gustos y Miel apuesta claramente por el preciosismo, la ausencia de narrativa y la exploración más agotadora.
Me gustan los planso bonitos (aquí los hay a patadas), pero no me gusta que se tiren cinco minutos en ofrecérmelos.
Miel me aburre.
El trailer de Miel me aburre.
¿Qué es lo que vieron tan fasciante en la Berlinale?Leer más sobre MielVía
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