El pasado 7 de Febrero, un ciudadano anónimo le sugirió al alcalde de Detroit que la ciudad debería tener una estatua de Robocop, basándose en el precepto de que Filadelfia cuenta ya con su homenaje a Rocky.
El alcalde agradeciendo el comentario afirmó que el ayuntamiento no tenia planes para llevar a cabo esa, por otro lado, magnífica idea.
Desde entonces Internet ha sido un hervidero de comentarios al respecto y hasta se han recaudado más de 50.
000 dolares para llevar a cabo el proyecto de manera privada.
Todo este jaleo, ha servido para que la gente de Movie Line haga un repaso de estatuas erigidas por todo el mundo en honor a actores o personajes de cine, y el tema me ha interesado lo suficiente como para hacerme eco aquí y compartir esta genial galería con vosotros.
Uno de los ejemplos más cercanos es la estatua de Woody Allen que el ayuntamiento de Oviedo tuvo a bien dedicar al director neoyorquino para disfrute de ciudadanos incívicos que no tienen otra cosa que hacer que estropearla, haciendo así aumentar el presupuesto para su mantenimiento.
He descubierto que por todo el mundo hay el suficiente interés por el séptimo arte como para que en sitios donde no se nos ocurriría pensar en la pasión por el cine hay estatuas en honor a personajes míticos de este mundo.
Colocar a Rocky en Filadelfia no es algo que esté fuera de lugar, pero encontrarnos un bajo relieve de Orson Welles en Marruecos o un busto de Sean Connery en Estonia era algo por lo que muchos no apostaríamos.
Tiene su lógica encontrar un tributo a Bruce Lee en Hong Kong aunque también exista una estatua dedicada a este icono en la ciudad de Mostar en Bosnia Herzegovina.
Eso si, aunque estas obras de arte estén en los lugares más indicados no dejan de librarse del vandalismo, como le ocurrió al relieve de Braveheart que ha tenido que ser retirado de la ciudad de Stirling en Escocia, aunque también se tuvieron en cuenta las quejas de los vecinos de la zona.
Yo personalmente encontraría una razón de peso para pasarme por Detroit en algún próximo viaje a Norteamérica el hecho de que la ciudad tuviera una estatua de Robocop, una de las películas de los años ochenta que a día de hoy no tiene competencia en cuanto a mala leche, crítica al sistema y carisma.
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