Desmayos en las salas de cine, ovaciones en los festivales y críticas excelentes: 127 horas, lo nuevo de Danny Boyle, ha conquistado a todo el mundo… menos al espectadores medio.
Intentando mejorar los decepcionantes 10 millones de dólares acumulados en la taquilla americana desde su estreno el pasado noviembre, Focus Features reestrenará la película en más de 600 cines el próximo viernes para aprovecharse de las nominaciones al Oscar que la película reciba mañana martes.
El 4 de febrero será el día en el que, por fin, podremos ver a James Franco en el papel que le convertirá en una estrella de una vez por todas.
Si en las anteriores películas de Boyle el cineasta británico ha abordado la lucha del hombre contra la droga, el destino o la pobreza, 127 horas es el relato de un hombre dispuesto a hacer cualquier cosa por sobrevivir.
Basándose en una historia real que sacudió los periódicos de todo el mundo hace unos años, el director de Transpotting nos cuenta el drama que vivió el montañero Aron Ralston cuando quedó atrapado durante más de cinco días en la sima de una montaña y que no llegó a su fin hasta que Ralston, consciente de la crítica situación que atravesaba, se cortó su propio brazo para poder escapar.
La brutal interpretación de Franco en un espectáculo construido en torno a su figura y la brutal puesta en escena de Boyle son los principales alicientes de una película que hubiese dado mucho más de sí en la temporada de premios de no ser por la lluvia de reconocimientos que recibió Slumdog Millionaire en 2008.
La crítica, como deja claro el nuevo anuncio de la película, está de su lado.
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