El cine ruso no está teniendo suerte en el mercado internacional, y es una lástima.
Estos últimos años hemos sido testigos de que el país del Este de Europa tiene mucho que ofrecer en cuestión de películas interesantes que pueden competir tranquilamente con producciones estadounidenses.
Vale, con los grandes blocbusters quizás no, pero en esas cintas de presupuesto más modesto, tienen la misma calidad a la hora de producirlas.
Winter of the Dead, que es el título internacional para Meteletsa, nos vuelve a demostrar que es así.
Esta es una película que habla del cambio climático, y de las agresiones que se le están realizando al medio ambiente, con los incendios masivos que se están provocando en ese país, y la degradación del medio ambiente.
Tras una temporada excesivamente calurosa, en pleno mes de julio de desata una terrible tormenta de nieve, que amenaza con sepultar el país bajo la blanca y helada escarcha.
Pero como comentó el viejo Murphy, todo puede ir a peor.
A ese cambio radical de temperaturas se une una extraña epidemia que levanta a los muertos del suelo y los lanza a devorar a los que todavía sobreviven.
Sí, una película más de zombis, con todas esas cosas que nos gustan a los que disfrutamos con este tipo de películas.
La moda se ha ido aposentando en la cultura popular, y resurge como si fuera otro muerto viviente tras muchos años con producciones estrenadas con cuentagotas.
Nikolai Pegarev, un especialista en efectos especiales, se encarga de dirigir a un grupo de actores totalmente desconcidos para nosotros, que podrían hacerse ver si el mercado no fuera tan restringido.
Siempre podemos tener la esperanza de ver, algún día, como una destribuidora se anima y saca versiones en DVD de estas películas que, insisto, poco tiene que ver con el cine que se hacía en la época soviética.
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