Si alguien espera algo bueno de una película titulada Dinocroc vs Supergator, mejor que vuelva a plantearse el porqué de su existencia.
Obviamente, desde su título, y más sabiendo que se trata de un triste telefilme hecho por la gente de SyFy, sabemos que nos vamos a encontrar con un bodrio desternillante y alocado, muy aburrido para ver solo pero muy cachondo cuando se ve entre colegas.
De eso trató la sesión especial del VIII Festival SyFy: Trash entre amigos.
¿Que qué es Trash entre amigos? Se trata de ver una película chunga (porque ya me diréis la gracia que puede tener hacer esto con Ciudadano Kane) con los comentarios de Nacho Vigalondo, Raúl Minchinela, Sr.
Ausente y Rubén Lardín, aunque a la hora de la verdad era Vigalondo el que llevaba la voz cantante.
La noche nos deparó risotadas monumentales que, tristemente, decayeron un poco hacia el final de la película.
¿Cómo no reírse de una película que junta a dos experimentos genéticos malamente generados por ordenador y que intentan representar a un dinosaurio comepersonas y a un… cocodrilo gigante comepersonas? Si ya la película de por sí habría sido una sesión golfa perfecta, los comentarios de Vigalondo y su troupe solo mejoraron la experiencia.
El director cántabro definió la película perfectamente en una de sus primeras escenas: “¡Séptimo arte, te odio!”.
Personajes planos, conversaciones telefónicas interminables, camisas hawaianas terribles, los peores efectos especiales de la última década, unos actores risibles (con la aparición especial de David Carradine) y la dirección de Jim Wynorski, especialista en planos de rubias en tetas que gritan a cámara (que en este caso, y por ser telefilme, estaban en bikini).
¿Qué podía fallar?Con todos esos ingredientes, y a pesar de algunos momentos de bajón que se intentaron salvar mediante pedorretas en el micrófono (que no, no funcionaron para entretener al público), Dinocroc vs Supergator resultó ser una película terriblemente mala que funciona gracias a unos comentarios que podrían ser los de nosotros mismos viendo la película con nuestros amigos en una noche de gracietas.
Una buena experiencia para todo aquel con sentido del humor cinematográfico.
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