Aunque no cabe duda de que ha habido películas peores, Caged es una de las grandes decepciones de la VIII Muestra SyFy de Cine Fantástico.
La ópera prima de Yann Gozlan, cortometrajista respetado gracias a trabajos como Echo y Pellis, no ha estado a la altura de lo que se espera en esta certamen del cine francés, el único en estar a altura (o sobrepasarlo, la cosa va por gustos) del cine de género nacional en los últimos años.
De nuestro país vecino provienen clásicos recientes del género como Martyrs, Frontiéres o À l’intérieur, algunas de las mejores películas que hemos visto en los ocho años de historia de la muestra.
Caged, desgraciadamente, se queda muy lejos.
La protagonista de Caged es una cooperante en la antigua Yugoslavia que, junto a dos colegas, es raptada por una banda de enmascarados cuando está a punto de abandonar Kosovo.
Para sorpresa de ellos, los cooperantes son encerrados, cuidados y alimentados para que permanezcan en buena forma.
Cuando los tres cooperantes descubran qué quieren hacer con ellos, harán cualquier cosa para salvar sus vidas.
Lo peor que le puede pasar a una película (a no ser que pertenezcas a cierta corriente del cine de arte y ensayo) es que aburras a la audiencia, y Caged lo hace en buena parte de su metraje.
Es perfectamente comprensible y lógico que en una película llamada Encerrados se tomen su tiempo para contar la situación de encierro y desesperación de los protagonistas, pero no implica que no pueda pasar prácticamente nada mientras esto pasa.
Cuando por fin se despiertan los personajes, han corrido el riesgo de que sea demasiado tarde para el espectador.
En ese caso lo único que te queda es tener un desenlace tan bueno que te haga olvidar la primera hora de película.
Al contrario que 13 assasins, Caged no tiene ese excelente tercer acto que te haga olvidar los bostezos de su primera hora.
No ayuda que los personajes tomen decisiones estúpidas (¿por qué no se lleva ella algo que pueda usar como arma de la enfermería? ¿por qué tira él la cizalla en plena huída para, posteriormente, contratacar con un simple palo), ni que la película sea visualmente tan poderosa como nuestros vecinos nos tienen acostumbrados.
Hay cosas buenas en Caged (el trabajo de su protagonista Zoé Félix, la pelea entre mujeres en la cocina, la persecución final) pero no compensa si hacemos balance.
Su clímax consigue hacer desaparecer el halo de aburrimiento que ha recorrido la primera hora de film, pero no el de decepción.
Especialmente si antes de empezar el pase, el presentador te ha dicho (equivocadamente) que la película es de los creadores de Martyrs.
Otra decepción más.
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