Audrey Tautou siempre será Amelie Poulain, la heroína de una de las películas más influyentes y míticas de lo que llevamos de siglo XXI.
Es lo que tiene dar vida a un personaje tan famoso y característico: todo lo que venga después te sabe a poco.
Intentando dejar atrás el fantasma del personaje creado por Jean Pierre Jeunet, la Tautou protagoniza junto a una de las grandes del cine francés, Nathalie Baye, la comedia dramática Una dulce mentira.
Su estreno español llegará el próximo 15 de abril.
Tras ser la mano derecha de Tom Hanks en El código Da Vinci y antes de dar vida a Coco Chanel en el biopic de la diseñadora de ropa, Tautou protagonizaba en 2006 una taquillera y simpática comedia de engaños y romances llamada Un engaño de lujo a las órdenes del tunecinoPierre Salvadori, por lo que repetir a sus órdenes en este proyecto sonaba como una idea de lo más apeticible y rentable.
Lamentablemente para ambos, Una dulce mentira ha sido incapaz de repetir el éxito de la propuesta anterior y no ha superado ni siquiera los tres millones de euros en el país vecino.
Emilie es una joven que, además de tener su propia peluquería, sabe aconsejar a sus clientas y amigas.
Sin embargo, este don no le sirve para ayudar su madre, que no tiene ganas de vivir desde que perdió a su marido.
Una mañana de primavera, Emily encuentra una hermosa carta de amor anónima y decide enviársela a su madre con la esperanza de que la ilusión la ayude a recuperarse (Sinopsis Oficial).
Debo confesar que tengo cierta debilidad por las comedias francesas, pero la empatía con los personajes y el carisma de estos se me antojan indispensables para disfrutar una de ellas.
Un trailer no es suficiente material para juzgar una película, pero entre el espantoso e infantil doblaje de la Tautou y lo cargante que parece ser su personaje, la verdad es que no apetece mucho comprobar si la película desprende las mismas sensaciones en su resultado final.
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