Del director de la película de las Bratz, Casper y Wendy, Tres Ninjas en el Parque de Atracciones y el productor de Unas Rubias Muy Legales, Inmersión Letal 2 y la quinta parte de A Por Todas ahora llega Soul Surfer, una historia de surfistas, familias unidas, coraje, valentía y tiburones salvajes.
El 17 de Junio se estrenará en España y, de puro bizarra, tiene que ser genial.
Su argumento ya se nos avanza desde el genial e imprescindible póster: Bajo el epígrafe “Basado en la inspiradora historia real de Bethany Hamilton” vemos a una chica rubia, tras una tabla de surf que tiene un mordisco enorme.
Parece una parodia, pero no lo es.
Es la emocionante historia de una surfista que no sabe si podrá volver al agua después de que un tiburón le atacara y se zampara un brazo mientras hacía lo que más le gustaba.
Y todos sabemos que si está basado en una historia real no nos podemos reír de la situación.
Por supuesto que no.
Recomendada para ver en iglesias por su falta de sexualidad o tacos (porque ya sabes, te come un brazo un tiburón y tú dices “Jopelines”), la película gana en extrañeza con cada nuevo dato sobre ella, y es que nuestra protagonista podrá volver al agua gracias a su fe cristiana.
No me extrañaría que, llegados a este punto, Dios saliera del cielo y se pusiera a luchar contra los tiburones.
Puestos a ser absurdos, seámoslo del todo.
Los actores principales que han querido, dios sabe por qué, hacer esta película, son AnnaSophia Robb (Charlie y la Fábrica de Chocolate), Helen Hunt (que lleva unos años actuando solo para pagar las facturas) o Dennis Quaid (Pandorum), tres actores conocidos que, no se sabe muy bien cómo, han acabado en una película sobre surfistas comidas por tiburones.
En este clip, por cierto, podremos ver a nuestra protagonista triste por haber perdido el brazo (¡qué cosas!) y a su padre consolándola, diciendo que no lo ha perdido todo, que viene a ser como consolar a un escritor por haber perdido las dos manos diciendo que al menos no ha perdido el meñique.
Una película que apasionará a un grupúsculo de gente y que los demás miraremos con desgana.
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