La infamia ha vuelto a la Academia.
Cuando parecía que esta no iba a ser la noche de El discurso del Rey (su palmarés hasta el momento se limitaba a la estatuilla al mejor director), Tom Hooper da la campanada y se hace con el Oscar al mejor director.
A sus 38 años, el director británico logra la ansiada estatuilla cuando apenas tiene un puñado de películas para televisión y la comedia dramática Damned United en su historial.
No sé lo que estáis pensando vosotros, pero yo tengo claro que no estamos ante un Sam Mendes de turno.
A la Academia, visto está, no le importa demasiado.
David Fincher tendrá que volver a esperar para hacerse con el Oscar que ya se le escapó hace tres años ante Danny Boyle y su Slumdog Millionaire.
Lo que en esa ocasión tuvo sentido, en estos momentos carece totalmente de él: si El discurso del Rey brilla particularmente es por su guión y actores, no por una dirección que, si bien cumple a la perfección, nada tiene que hacer si la comparamos con el citado Fincher o Darren Aronofsky.
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