Por razones directa e indirectamente relacionadas con el mundo del cine, El Castor está en el grupo de películas más interesantes del 2011.
Jodie Foster se pone detrás de las cámaras dieceséis años y tras estar más de un lustro preparando un proyecto frustrado llamado Flora Plum y que se fustró cuando su protagonista, Russell Crowe, se lesionó el hombro.
Por si fuera poco, El Castor es la primera película desde que Mel Gibson echase por tierra su carrera con la filtración de los supuestos maltratos verbales a su hija.
La película es una comedia negra sobre un hombre deprimido que encuentra en una marioneta la manera de canalizar sus problemas, para la incomprensión de los miembros de su familia.
Tal premisa ha ayudado a convertir al guión del prometedor Kyle Killen (creador de la fracasada pero prestigiosa serie Lone Star) en uno de los que mejores críticas ha recibido en los últimos años.
Es todo un misterio lo que pasará con El Castor: puede salvar la imagen profesional y convertirse en el mejor papel de su carrera o puede enterrarla para siempre.
Ahora toca ver si los medios de comunicación estadounidenses son capaces de juzgar el trabajo de Gibson sin dejarse influenciar por su turbia vida privada.
Después de todo, estamos hablando de una de las mayores estrellas del Hollywood de las dos últimas décadas.
Los prometedores Anton Yelchin (Star Trek) y Jennifer Lawrence (nominada al Oscar por Winter’s Bone) completan el reparto de una película que reune en pantalla a Foster y Gibson diecisiete años después de que coincidiesen en la comedia ambientada en el oeste Maverick.
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