Al César lo que es del César.
Jessica Alba no es la más talentosa de las actrices, pero al menos intenta tocar diferentes registros en su carrera.
Tan pronto se convierte en una de las musas de Robert Rodriguez, como participa en la muy indie y muy polémica El asesino dentro de mí o interviene en comedias más o menos románticas con las que intenta atraer al público más general.
Tras ganar su primer Razzie (en su quinta candidatura) este mismo año, Alba es la principal estrella de An Invisible Sign, un drama que llegará a los cines americanos el próximo 6 de mayo.
En su nuevo y pequeño proyecto, Alba será una solitaria veinteañera que lleva refugiada en las matemáticas como vía de escape desde que era un niña, cuando una grave enfermedad acabó con la vida de su padre.
Aún marcada por un evento tan traumático como ese, ya de adulta se hará profesora un colegio, tomanda una posición de poder con la que podrá ayudar a sus estudiantes a superar sus problemas al mismo tiempo que ella empieza a dejar atrás los fantasmas del pasado.
La documentalista Marilyn Angrelo debuta en el terreno de la ficción con esta adaptación de la novela de Aimee Bender, An Invisible Sign of My Own con el reto de hacer creer a los espectadores que Alba es una mujer con un don especial para las matemáticas.
Algo difícil de creer después de leer hace unos meses sus declaraciones sobre como “un buen actor no necesita un buen guión, va improvisando él los diálogos”.
Bocachanclas aparte, insisto en que hay que reconocer que la actriz podría limitarse a repetir una y otra vez los mismos papeles y no lo hace.
Ya se les podía pegar algo en ese aspecto a gente con más recursos como Katherine Heigl o Kate Hudson.
Eso sí, más allá de las buenas intenciones de la Alba lo cierto es que si nos fiamos del trailer, An Invisible Sign puede acabar pecando de aburrida….
y eso, señores, es el peor pecado que hay.
Leer más sobre An Invisible SignVía
