Justin Bieber, el ídolo de las adolescentes, se hizo famoso gracias a los vídeos subidos en Youtube por su madre
Justin Bieber podría ser un chico normal de Canadá que se pasa el día jugando a la consola o haciendo tonterías con sus amigos, pero no. Él aprendió a tocar de autodidacta el piano, la batería, la guitarra y la trompeta porque quería llegar a ser músico y cantante.
Justin Bieber: un adolescente en Youtube
Un día su madre, Patricia Mallette, que estaba encantada de oírlo cantar, decidió empezar a grabarlo y a colgar los vídeos en YouTube. Todo eso con 13 años que tenía el chaval. Mientras navegaba por Internet, el productor musical Scooter Braun encontró un video de Bieber.
Impresionado, Braun contactó a la madre del chico y la convenció de llevar a Justin a Atlanta para grabar una demo.
Gracias a Braun, Justin firmó un contrato con Raymond Braun Media Group (RBMG) y un contrato discográfico con Island Records. Braun se convirtió en su manager.
A 15 años ha sacado su primer disco y es el nuevo ídolo de la generación Hannah Montana. Un crío con cara de Disney y con el pelo que nunca se estropea, que canta con esa voz afinada que su incipiente adolescencia le irá transformando en la que se descuide.
Su primera canción
One Time, su single de inicio, alcanzó la posición número 12 en el Canadian Hot 100 y luego la posición número 17 en el Billboard Hot 100.
Durante el otoño 2009 la canción tuvo un gran éxito en los mercados internacionales, su canción se convirtió en disco de platino en Canadá y Estados Unidos y de oro en Australia y Nueva Zelanda.
El enésimo ejemplo de que no eres nadie y dos días después, gracias a internet eres un ídolo de masas. Por supuesto, en su caso, el cabello perfecto hizo la diferencia.
Yo tengo entre mis amistades a un ejemplo cercano al de Justin Bieber y de partida nacional. Aunque él no gracias a YouTube, sino a MySpace. No diré su nombre, claro, pero sí diré que gracias a la red él también ha conseguido un contrato discográfico y vive de su pasión.
Animaros, va, que, como veis, nunca se sabe…Vía