Con el capítulo de esta semana se mezcla lo bueno y lo cansino de una serie como True Blood.
Por una parte, hemos podido descubrir algunos secretos escondidos que dan más profundidad a los personajes y aportan un interés indudable para la trama.
Pero, por el otro, la relación, algo empalagosa, entre Bill y Sookie ha ocupado una parte importante del episodio.
Un protagonismo algo extraño de la pareja y que nos ha dado la impresión de que el episodio de esta semana era quizás menos animado que los precedentes.
La verdad es que el romanticismo (¡y las constantes ganas de acostarse!) de Sookie resultan bastante cansinas al cabo de un rato.
En este sentido la relación humana-vampiro ya ha llegado a un punto en el que debería evolucionar de una vez.
Porque ya lo hemos comprendido: Bill quiere proteger a Soookie y ella quiere amar a Bill.
Pero, dejando de lado la trama de pareja, el capítulo nos ha dejado tres novedades interesantes, como hemos dicho.
Las tres eran bastante previsibles pero sirven para mantener la intriga y la tensión dramática de True Blood.
Por una parte, Daphne ha confirmado que era una cambiaformas, como Sam.
Lo único que queda por saber es cómo se ha hecho la marca que tiene en la espalda y qué es lo que implica en su comportamiento.
Por otra parte, por fin hemos visto el acercamiento definitivo entre Jason y Sarah que han pasado al acto en la bañera, como era de prever.
De la misma manera, ya sólo queda ver si esta infidelidad del hermano de Sookie le será beneficiosa o se meterá en problemas.
Conociéndolo apostemos que será lo segundo.
Y como última noticia también hemos sabido porqué Eric le importa tanto Godric.
En un flashback de unos centenares de años, y bastante acertado, hemos visto como Godric le transformaba en vampiro.
Mientras todas estas historias van tejiéndose, lo que parece inevitable es una guerra entre humanos y vampiros.
Y la decisión de infiltrar a Sookie en el grupo de los Fellowship of the Sun no parece que vaya a arreglar las cosas, sobre todo si se encuentra con su hermano.
Veremos qué pasa la semana que viene pero esperemos que se centren en las otras historias (muy interesantes) y no en la sosa relación de amor-sexo de Sookie y Bill.
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