Vamos, que me digan a mí que la casa de Gran Hermano no tiene algo raro que trastorna la gente de los ya trastornados concursantes que entran a “convivir” o a “malvivir” allí.
Vivir para ver, y aunque si me lo dicen una semana antes lo hubiera discutido, las imágenes son las imágenes, y Arturo e Indhira ayer por la tarde estuvieron abrazados otra vez.
Empezó todo con la entrada de Arturito sin saludarla, dándose la vuelta como si no la hubiera visto y generando el aplauso de mucha gente por ello.
Por la noche tuvieron una bronca, como era de esperar, delante de todos en plan “que te acostaste conmigo un miércoles por la noche y el jueves no me hacías ni puto caso”, y etc.
Ayer tenían una prueba que realizar, la del rocódromo, en la que tenían que ir amarrados y Arturo no paraba de darle ánimos a Indhira que se caía todo el rato.
En el jardín tontearon, Arturo le decía cosas bonitas, y ella, encantada, claro, “¡qué romántico! Al final me vas a conquistar otra vez”.
Y cuando terminó todo esto acabaron los dos abrazaditos en “su sofá” ese sofá que tantas y tantas horasa de pasión ha visto, él le pasaba el brazo por encima, y ella se dejaba querer (con cara de boba otra vez).
La sensación de Deja-vu es increíble para mí, así que para ellos lo será tres veces más.
Ya lo decía Nacho de ellos al enterarse de la historia, “en dos días estos están otra vez normal entre ellos”, madre mía Nacho, si resulta que es vidente.
Y la cosa no queda ahí, esta noche han dormido juntitos de nuevo.
En el segundo vídeo lo podéis ver en los primeros segundos….
increíble pero cierto.
¿O no es tan increíble? no sé yo para qué cuentas tonterías de que van a pasar el uno del otro, si es que son como dos imanes con los polos opuestos… ¡Ah! y no olvidéis que este concurso lo ganan aquellos que consigan superar las cuentas pendientes, así que con este acercamiento, los compis estarán que se tiran de los pelos.
¡Qué divertido!