Ya les va quedando menos a Ana de Armas y Elena Furiase para volver a su particular rutina y abandonar las playas ibicencas en las que tantísimas fotos les han hecho.
En agosto comenzarán el rodaje de la próxima temporada de la serie en la que trabajan, El internado, y tendrán que cambiar el bikini por el uniforme de la Laguna Negra.
Y aunque sus admiradores lamenten perder la oportunidad de verlas ligeritas de ropa, me parece a mí que ellas van a salir ganando con el cambio.
¿Por qué? Porque a Elena, para empezar, hemos vuelto a pillarla con ese extraño bikini que parece compuesto por la parte de arriba de un bikini viejo, y unas braguitas cualquiera de ésas que se van quedando sepultadas cada vez más abajo en el cajón de la ropa interior.
El caso de Ana de Armas sin embargo seguro que lo celebran más los que vean las fotos, porque el suyo no es un bikini feo, sino uno dos tallas menos que el que debería llevar la actriz.
¿El resultado? Que tan poca tela no es capaz de contener tanta teta, y las “lolas” se le escapaban por todos sitios.
Pero ella como si nada.
Total, después del “casi topless“.
A Ana de Armas el bikini le queda pequeño
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