Ni Carrie Bradshaw es inmune a la crisi económica.
La mujer más adicta de la Gran Manzana a seguir la moda de los grandes diseñadores vuelve a la pantalla grande con la segunda película de Sexo en Nueva York pero esta vez se preveé que lo haga afectada por la recesión, un momento en el que no está demasiado bien visto la ostentación.
Sarah Jessica Parker ha dado más detalles de cómo se está planteando la nueva película de Sexo en Nueva York y está claro que el momento de crisi que estamos viviendo se tendrá en cuenta.
Por lo menos eso es lo que ha confirmado en una entrevista en Access Hollywood.
Una de las cosas que siempre ha caracterizado el personaje de Carrie Bradshaw ha sido su armario ropero y, sobretodo, su colección de zapatos.
En la serie podíamos ver cómo estaba a punto de perder su piso mientras no dudaba en comprar en las tiendas de grandes diseñadores como Prada o Gucci, por no hablar de sus idolatrados Manolos.
A lo largo de la serie la moda y el lujo estuvieron presentes en todo momento pero nada comparado con la presencia que se les dio en la película.
El film llevaba al extremo todos los tópicos de la serie y éste no podía ser menos.
El momento álgido fue la sesión de fotos de Carrie para la revista Vogue en el que se probaba vestidos de novia de todas las firmas más prestigiosas sin esconder en ningún momento el marketing de detrás.
Marcas, marcas y más marcas hasta avorrecer.
Pero, bueno, como era un momento de bonanza económica lo aceptamos.
Ahora todo el mundo tiene la piel más fina al respecto y parece ofensivo que la protagonista de una serie (ahora llevada a película) se dedique a comprarse zapatos de lujo mientras la sociedad capitalista se descalabra.
La ostentación siempre ha sido algo muy feo y aunque es cierto que las chicas de Sexo en Nueva York representan a la “clase alta” de Nueva York, también es verdad que es de mala educación comer delante de los pobres.
Es algo que parece que el productor ejecutivo de la cinta, Michael Patrick King, y los guionistas de la secuela van a tener muy en cuenta para no herir sensibilidades, que es momento para que todo el mundo se apriete el cinturón.
Es momento de dejar a un lado la superficialidad (en la medida de lo posible porque estamos hablando de Sexo en Nueva York) e intentar tocar el corazoncito de los espectadores con mensajes un poco más realistas.
¿Veremos a Mr.
Big vistiendo de Gap? Mmmmmmm….
¡Algo poco probable!Vía