Hoy ha habido lío, lío de gatas en Mujeres y Hombres y Viceversa: Ha entrado por teléfono Verónica, una amiga de Elena a la que ha nombrado Bea.
Un lío, la verdad.
“Vero, yo sí estoy mosqueá, no me gusta nada el rollo este, ni nada, según Bea tú le has dicho que yo tengo novio.
” La otra decía que no, que ella no ha dicho en ningún momento que bea tenga novio.
“Que no sois tan amigas, que os lleváis mal, y ya está”, pero Elena insiste en que son discusiones de amigas, y nada más.
Pero aquí hay algo que huele un poco mal.
Parece que Vero ha dicho cosas de Elena no bonitas a Bea.
La cara del Abraham tenista es para verla.
Es alucinante.
No sabe qué decir ni dónde meterse.
Y Elena se queja muchísimo y empieza de repente a llorar, mientras suena la música triste del programa de fondo, para que a todos se nos parta el corazón.
Pues a mí no se me parte.
Me da igual que digan que tenga novio, o rollete, o lo que sea.
Además, a las tres las veo iguales y me cuesta enterarme de la historia.
Al final acaban con las broncas gordas: “pero a ver Bea, tía, a ver qué coño te he dicho.
No tía, no, a mí no me metar mierda, lo sabes, colega”.
Qué bien hablan y qué bien se expresan.
“Lo estoy flipando contigo, sinceramente, pero ¿sabes lo que más me jode? Que ahora Elena se lo va a creer”.
Y de repente otra pretendienta empieza a comentar que vero, la que está en el teléfono, ha dicho que Abraham, el tronista, es “más feo que un pie”, y que “parece un gitano”.
Luego ha querido defenderse diciendo que “yo esa palabra no la he dirigido” (vamos, que ella no ha dicho que es más feo que un pie).
Y cuelgan.
Abraham está alucinado, y dice que Vero no le cae bien y no se la cree.
