No todos los famosos han superado con nota la “operación bikini”, y les está costando demasiado deshacerse de esos molestos kilillos de más que se acumulan durante el invierno en los lugares más incómodos de nuestro cuerpo (seguro que no nos importaría tanto si en vez de en las cartucheras, los kilos de más se concentraran sólo en el pecho…).
Es el caso de Hilary Duff, que preparaba muy ilusionada su aparición como estrella invitada en varios capítulos de la próxima temporada de la serie Gossip Girl, que por cierto los de Cuatro nos han quitado de la noche de los lunes.
No todo va a ser tan fácil como la actriz y cantante se esperaba, ya que los productores de la serie han llegado a la conclusión de que Hilary está demasiado gorda como para quedar bien al lado de las delgadísimas Blake Lively y Leighton Meester, y que les iba a costar mucho meterla en los diminutos modelitos que las actrices lucen en cada capítulo.
Así que sin ningún reparo, le han puesto como condición a Hilary que pierda varios kilos.
Otro que se nos está poniendo fondón es el ex marido de Britney Spears, Kevin Federline.
Ha empezado a desarrollar una barriga cervecera que me hace sospechar que quizá esté embarazado de seis meses.
Pero en vez de comentar nada sobre ello, la gente sólo se mete con los kilos de más de la pobre Brit.
Parece que sólo las chicas tenemos que tener cuidado de no engordar.
Pues no señor, más les vale a ellos que se cuiden un poquito también, que al fin y al cabo, tener el culo gordo no causa problemas cardiovasculares, pero ser barrigón sí…Vía