La relación de Aída con el resto de Supervivientes es cada día peor, aunque esta noche se podrían acabar las broncas si, tal y como pronostican muchos, Nízar es expulsada por la audiencia durante la gala.
Personalmente, lamentaría que así fuera: aunque Reyes se mereciera una oportunidad y su espíritu deportivo y competitivo sea necesario en la isla, el juego que da una de las grandes hermanas más insoportables es imprescindible en el concurso.
Los compañeros, sin embargo, seguro que celebrarían enormemente la expulsión de Aída, mucho más tras la última bronca con Rosa Benito, con la que ha tenido una de las peores discusiones hasta el momento y por un motivo tan sencillo como una esterilla.
Como los Supervivientes perdieron casi todas las pruebas del primer día andan muy escasos de recursos y se ven obligados a compartir muchos materiales, como las esterillas: todos menos Aída que hace unos días se agenció una para ella sola, ante el alucine de sus compañeros.
La última gota que ha colmado el vaso ha sido cuando Aída ha intentado cambiar su esterilla por otra seca –robándosela a un compañero- porque aseguraba que Jessica Bueno se la había mojado (cuando al parecer no ha sido así).
La “mamá” del grupo no ha podido más y se lo ha impedido arrebatándole la esterilla de las manos.
Aída, que es una experta en dar la vuelta a la tortilla, ha empezado a acusar a Rosa de desear agredirla, llegando a asegurar incluso que no la había dado una torta porque había cámaras delante.
Seguramente ganas no le faltan, pero parece que los Supervivientes, de momento, son bastante más personas que ella…
