Paquirrín se sincero ayer en el programa Sé lo que hicisteis, asumiendo lo que todos sabíamos: que el chaval no hace nada.
Bueno, ahora al menos se ha incorporado a la plantilla del espacio para aprender a recitar un monólogo sobre su propia vida… pero tampoco es que eso podamos llegar a considerarlo como un verdadero trabajo, ¿o si?.
Será que al final Kiko es como Paris Hilton, un business man cuyo producto es él mismo.
O será que es un tremendo vago, que lo que más le gusta es ir de fiesta en fiesta ligándose a chicas guapas… que más bien se acercan a él buscando la fama que por otra cosa (a no ser que detrás de ese cuerpito bastante poco agraciado el chico guarde un amante en potencia o un corazón enorme).
Al menos majo es, y gracioso también un rato.
Formando trío con Dani Mateo y Ángel Martin, quienes le aleccionarán sobre su labor de futuro monologista, iremos viendo en el programa extractos de sus avances.
Y es en esas anécdotas que va contando donde hemos ido descubriendo más cositas sobre el hijo de la Pantoja, que no creemos que le hagan mucha gracia a su madre.
No tiene inconveniente en confesar con humildad (y mucho morro) que ha tenido pocos trabajos en su vida antes que el actual.
El último consistía en estar “todo el día sentado en la oficina, pasar facturas al ordenador”.
(Bueno, al menos, algo es algo).
Antes estuvo de cocinero, friendo “chuletas”, de las que de cada tres, se comía dos según dice (así está…).
Paquirrín se siente querido por el público y por la gente.
Dice que a pesar de todo, le ven como un chico majete.
Y la verdad es que está haciendo muy buenas migas con Dani y Ángel, que parecen encantados con él y con ese espacio del programa.
Si al final habrá sido todo un acierto el fichar a alguien del corazón… aunque si hubiese sido Belén Esteban o Mercedes Milá, también habría dado que hablar el asunto.
Por ahora nos quedamos con Paquirrín, todo un maestro (un aprendiz más bien) del humor, a pesar de que Patricia Conde se mostrase un tanto incrédula al principio.
Fotografía