Si Silvia tuviera dos dedos de frente enviaba a casi todos sus pretendientes en Mujeres y Hombres y Viceversa directos a casa, sin billete de vuelta.
La tronista descubrió que Rubén, el gallego, ligaba por Internet y le dijo que se fuera.
Al ver su reacción, Silvia ha querido darle una segunda oportunidad y le ha pedido que se quede y él, con toda la chulería del mundo, le ha dicho que si lo quería “que lo pidiera”, así que ella, con acierto, le ha dicho que se fuera.
Y ahí llega el momento surrealista total.
Maikel, que debería estar contento por deshacerse de un contrincante duro, ha salido para evitar que Rubén se fuera, diciéndole que si él se había dado una segunda con Silvia, lo hiciera él también… ¿Pero esto qué es? Este chico debe creerse la reencarnación de Teresa Calcuta o miente más que respira.
Silvia, ninguno de esos dos parece tener el más mínimo interés o respeto por ti.
Silvia ha montado en cólera con la actitud chulesca de Rubén, y con la actitud de Maikel.
Y no es para menos.
Pero es que luego Maikel, intentando defender al gallego, le ha dicho que si echaba a Rubén por decirle a una chica por una red social que era guapa y esas cosas, que lo echara también a él porque había hecho lo mismo.
Silvia le ha preguntado a Maikel si trataba de humillarla, y la verdad es que yo le contestaría que no sé si pretende humillarla, pero que la toma por tonta es una evidencia como un piano.
Tamara ha echado más leña al fuego y ha asegurado que Maikel defendía a Rubén porque no quería que se fuera porque tienen bolos previstos en común.
Al final Rubén y Silvia han echo las paces y él se ha queda.
Y yo, humildemente, no entiendo nada.
Y os digo más, que esté encaprichada de Rubén y le perdone lo de la red social, aún tiene un pase, pero lo de Maikel no tiene nombre.
Carlos, uno de sus chicos, debía pensar lo mismo que yo, así que la ha acusado de tener un doble raseros, y se ha levantado y se ha ido.
Bravo por Carlos.