Brenda es el personaje revelación de esas semanas en Mujeres y Hombres y Viceversa, con su pose de niña de papá incapaz de dar un palo al agua.
Curro, su tronista, le ha confesado que no podía vivir de ese modo, que debería trabajar y dejar de vivir y de sablear a su padre, que le paga todos sus caprichos.
La rubia, en un intento de acceder a la petición de Curro, le ha asegurado que sí que quería trabajar pero se el ha escapado la risa cuando ha confesado que nunca trabajaría en un supermercado, de pescatera o limpiando lavabos, con un tono tan despectivo que ha ofendido a medio plató.
Curro no ha podido más cuando Brenda le ha soltado que “me gusta más ir a derrochar que ir a ganar” y se ha echado las manos en la cabeza calificándola de “joven, inconsciente e inmadura”.
La rubia, en lugar de avergonzarse por su comportamiento, le ha espetado “eres como mi padre tío, me da una rabia.
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Eres como un licenciado de la vida”.
Una vez en el plató, Brenda ha entrado con patines, y ha montado el espectáculo de cortar sus tarjetas de crédito para demostrar su propósito de buscarse la vida.
Curro, hasta las narices de las tonterías de la pretendienta pija, le ha dicho “has hecho un papel que te habrá ido muy bien, pero conmigo ya está”.
Curro no puede estar más en lo cierto: Brenda ya tiene su trono y ella misma va proclamando a los cuatro vientos que “yo salgo a la calle y arraso”.
Entiendo perfectamente que Niky no pueda ni verla.
Es difícil ser más repelente… Cuánta razón tiene Curro al desearle que algún día estará bien que entienda el significado de las palabras “humildad y sencillez”.