Yolanda ha sido el personaje, perdón, la persona, más llamativa del tercer programa de La Caja en telecinco.
Ella perdió a su madre cuando tenía once años y, a los 18 años, su padre muere en casa y delante de ella.
Así que va al programa porque está obsesionada con que su marido muera algún día.
Alguién debería explicarle que sí, que probablemente su marido morirá, con todos en esta vida, pero de todos modos ella entra en la caja.
Voz en off: “hola Yolanda ¿cómo estás?” (cada día me da más repelús esta voz).
Yolanda dice que bien y cuenta su caso.
Las imágenes que se ven de fondo son cruces de un cementerio.
¡Qué buen rollo!, esto debe de ayudar muchísimo a alguien con este miedo a la muerte.
Luego le dicen que van a repasar su vida en imágenes, y le ponen fotos de su madre muerta, “Casi no la recuerdo y casi no disfruté de ella”, fotos de su padre, del día de su boda, su niña, y ella llora, llora, llora… “veo una familia completamente feliz y una niña preciosa”.
Le hacen cerrar los ojos y decir la 1ª palabra que le venga a la mente con fotos.
Su niña: preciosa.
cambian la música y le dicen “A lo largo de tu vida se han ido apagando las luces de farolas muy importantes y has intentado acercarte a otras farolas, la primera farola fue la de tu madre”.
No me creo lo que veo.
La pobre mujer cuenta sus penalidades, la enfermedad de su madre que no vió, la muerte de su padre.
Su padre la protegió demasiado y “pasó a ser la farola que necesitara, fue como si vivieras en una jaula de oro”.
Pero ¿qué dicen?Y para terminar, lo típico, “¿qué le dirías a tu madre ahora si pudieras?”, ella contesta: “Mamá, qué de cosas que contarte.
Qué de nietos tienes.
Manolo tiene dos niños preciosos y una niña preciosa; Miguel tiene un rubio y una rubia; Mercedes tiene a dos angelitos, los cuales te quieren con locura; y la última que ha nacido, que ha sido Paula, mamá, que, aunque sea pequeña, todas las noches mira al cielo y te dice: Adiós, abuela Paca”.
Buah, buah, buah, buah.
Qué miedo da esto.
Ahora lo que le pasa es que teme que su marido se muera de un infarto, o ella misma, “Yo salía a la calle y yo decía: para qué voy a salir si me va a dar un infarto y me voy a morir.
Dejó la cosa de sucederme a mí y se la volqué entera a mi marido.
Esa inquietud que tengo constantemente con que a él le vaya a pasar algo y, concretamente, me centro siempre en que le va a dar un infarto.
Si está durmiendo, lo despierto; si está trabajando, lo llamo; si no me coge el teléfono, ya he pensado que le ha dado un infarto.
He llegado a coger a mi hija de noche, en verano, a las dos de la mañana, sacarla de la cama e ir a buscar a mi marido”.
Terminan con la imagen de ella montada en un globo, donde ella sentiría la libertad que necesita, y la que necesita su marido.
Tirando saquitos de lastre con palabras: “rencor, miedo, obsesión”.
Le ponen la canción “Yolanda” de Pablo Milanés.
No tengo palabras, esto cada vez me da más grima.
Yo creo que si hubiera tenido esta misma conversación con una amiga o amigo de verdad, el resultado habría sido el mismo.
Pero bueno, mientras haya caja, seguiremos contándolo para todos los que quieran saber lo que pasa.
Fotografía
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