Ya tenemos otra nueva declaración de mamá, la Baronesa Thyssen para entretenernos un poco.
Aunque Tita dijo en Ratones coloraos, el programa de Quintero en Canal Sur, que “Mi hijo siempre será mi hijo, y los hijos siempre pueden con las mamás.
Las mujeres debemos tener nuestro lugar pero siempre seremos madres”, pareciendo así que quería terminar con la polémica, la cosa vuelve a estar calentita.
Lo que declara ahora en El mundo es lo siguiente:Un Thyssen es alguien cuyo legado conlleva una responsabilidad, un apellido que es dinero y poder, y que honra tanto al que lo lleva como al que tiene la fortuna de codearse con él.
Borja no ha sabido hacerse un círculo de su mismo nivel.
– Tita Cervera¿Se puede ser más clasista? La respuesta es NO.
Ella es lo que en mi pueblo llaman, un piojo resucitado (vamos, que ha conseguido su “status” por causas ajenas a ella o su familia).
Y las cosas están así, veamos: Borja se hace otra pruebas de paternidad y sale otra vez que el niño es suyo y no del guardaespaladas.
Y ella, como ahora no puede decir más sobre eso, empieza a reflexionar sobre el origen de los males del niño (niño de 28 añitos).
Por lo visto Borja, dice la Baronesa, cuando era jovencito, y no conocía a la mala mujer esa con la que se ha casado, compraba sus obritas de arte con sus ahorrillos y todo, trabajaba en el museo y hacía cosas.
Y ahora se pasa el día con la pelandrusca (eso lo digo yo, no la duquesa, pero algo así parece que ella piensa) parriba pabajo del gimnasio a la calle, de la calle a la casa, de la casa a las fiestas.
Y no hace nada de provecho.
Y además de ella se rodea de otra gente vulgarísima, cosa que no debería teniendo en cuenta su noble cuna.
Yo le diría a la Baronesa, que consiguió ese título por ser “señora de”, al igual que todas sus obras de arte y su fortuna, que ser Thyssen no significa absolutamente nada, que baje de la nube, que el dinero mueve montañas, pero que también pueden más dos… que dos carretas, ahí es nada, y que Blanca las tiene bien puestas, así que, si no empieza con un poco de buen rollo pronto con esa señorita madre de su nieto, igual se lleva un disgusto con Borjita, y se le va el niño del nido y, encima, no lo puede desheredar de la herencia que ella heredó del verdadero Thyssen, porque “una mamá siempre es una mamá” y porque Borja tiene abogados.
Qué cosas más feas nos hace ver esta buena mujer.
Lo que debería hacer, para empezar, es poner un día gratis en su museo Thyssen Bornemisza al público, como la mayoría de los museos en Madrid y otros sitios, y también debería ser menos rácana y menos porculera con el niño, la nuera y sobre todo, con el pobrecillo nieto pequeño.
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