Ahora que Zac Efron se ha hecho mayor, el mercado infantil-juvenil necesita de otro nuevo ídolo, un chavalín imberbe que sea mono de cara y que tenga alguna cualidad, como la de actuar y/o cantar, porque eso genera un séquito de fans y, lo que es mejor, un montón de dinero.
Justin Bieber parece ser ese chico, y es que se ha convertido en un sorprendente y casi repentino ídolo de masas; allá donde va le siguen centenares de jovencitas alocadas y fuera de sí que están dispuestas a todo por tocar a Justin o verle de cerca.
Encima, para jolgorio de todas ellas, va el propio cantante y suelta que besar se le da de muerte (¿quién necesita abuela, eh, Justin?), algo que declaró hace poco en un programa de radio.
Y así, más ancho que largo y con apenas 16 años, Justin ya se cree lo más del mundo mundial, que a “cool” y guapérrimo no le gana nadie, que lo suyo es dominar el movimiento labial en todos los ámbitos.
Aquí le podemos ver en su primera entrevista en el programa de Oprah Winfrey, donde tenían preparado un público de loquísimas que se encargaron bien de superar la barrera del sonido por unos segundos.
¿Reacción exagerada?¿Éxito desmesurado?Noooo….
Vía
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La biografía de Chad Boyce que había muerto trágicamente en el set de la serie de televisión Los 100.