Britney Spears nos conquistó a muchos con su “Oops I did it again” cuando era una inocente criatura adolescente.
Muchos nos creímos su virginidad y se convirtió en todo un personaje por ser tan dulce, tan guapa y hacer esas canciones tan pegadizas (que muchos dirán lo contrario, pero sus bailcecitos y melodías son guay).
Pero con los años o la fama o lo que fuera que se metiera le hizo mella en su cabezita, tanto que hasta aparecieron plataformas que auguraban que el fin de la princesa del pop estaba cerca, sobre todo después de verla toda loca en el psiquiátrico, rapada y con sus continuas idas de olla, que hasta hicieron que peligrara la custodia de sus hijos pequeños.
Otros la ven como una tía normal y corriente, con sus subidas y bajadas de peso, sus días de ir sin maquillaje y toda natural aunque con cara de queso, y sus pillotes con la axila sin depilar o con la etiqueta de su nueva ropa todavía puesta.
Aunque los que más abundan en su historial de infragantis son sus momentos pezoneros.
Soy pro Britney, pero no puedo evitar recordar todos estos momentos, que quizás la acercan más a la chica humana que como cualquiera de nosotros es.
Recopilación de descuidos lamentables de Britney Spears
