Quiero creer que a Prince el estrés de ultimar detalles en su nuevo videoclip (Crimeson and clover) le está pasando una leve factura, en vez de pensar que ha empezado a perder la chaveta.
El artista, que hace poco participó en un “chat show” (sí, yo también me estoy preguntando que coj… es un “chat show”…) se sinceró y nos regaló declaraciones que ojalá nunca hubieran llegado a mis oídos.
La elevada imagen que tenía de Prince como artista no se merecía tal caída en picado.
Que sigue siendo un genio de la música, por supuesto, aunque puede que después de sus declaraciones necesite ayuda, digamos, psiquiátrica.
Al parecer Prince nació epiléptico, pero ya no sufre las secuelas de la enfermedad porque “un ángel se lo dijo”.
Sí.
Como lo lees.
Dice que cuando era pequeño un ángel se le apareció y le dijo que ya no sufriría más ataques epilépticos.
¿No es para tenerle un poco de miedo? Ahora me queda más claro el por qué de ciertos videoclips.
Además se declara autodidacta en la música, tocando el piano concretamente.
Que digo yo, que a lo mejor fue ese ángel misterioso, que también le dio unas clasecillas.
El caso es que me cuesta mucho imaginarme a un “Prince-niño”, da la sensación de que ese hombre fue siempre como es ahora.
Aunque lo que está claro es que seguro que fue un niño de lo más rarito, de ésos con muchos amiguitos imaginarios.
Que todo eso está genial, siempre y cuando no se te quede mirando y te diga de repente: “Oigo voces.
Y no les gustas”.
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