Julián lo tiene claro ya en Granjero Busca Esposa.
Safita y su constantes problemas con cualquier cosa (las pulgas, los mosquitos, las ovejas, madrugar, el agua fría del río y un larguísimo etcétera) han acabado por hinchar las narices al granjero que sólo tiene ojos para Silvia e incluso asegura que siente “mariposas en el estómago” cuando está con ella (qué expresión tan original…)Después de las imágenes de hoy tengo claro –cristalino- que el día que Dios repartió carácter y algo de mala leche, Priscilio no se puso a la cola.
En cambio, Silvia e Inma repitieron turno para ser las más estiradas e intolerantes del lugar.
Las chicas atacan sin justificación alguna a Elisa (que, por cierto, canta como los ángeles), a la que tratan de suelta y hacen la vida insoportable al pobre granjero.
Y encima van de señoras… En mi pueblo a eso se le llama “señoritinga”.
Tanto Silvia como Inma han amenazado a Prisicilio con irse y él, en lugar de alegrarse de quitarse a estas dos torturas, se ha hinchado a llorar porque la situación le supera.
Es una pena que el granjero tenga tantos prejuicios con Elisa (cree que a su madre no le gustaría… tampoco se puso a la cola de la personalidad…), porque me parece la más persona de las tres.
Sin embargo, y mal que pese, Priscilio se ha decantado por Silvia durante una cita en la que se han estado besando y dándose arrumacos.
Él mismo ha asegurado que “había surgido el amor”.
La reacción de Inma no se ha hecho esperar y le ha dejado caer una buena bronca acusándole de “falso” y deseándole que encontrara a alguien “que lo aguante”.
La cosa no ha quedado ahí porque cuando Priscilio ha decidido expulsar a Elisa, ella ha contado que se habían enrollado y las chicas han alucinado con esa confesión.
Lo alucinante es que el granjero no ha reaccionado ni negándolo ni reconociéndolo… Sólo puedo decir: ¡Priscilio, espabila, leche!
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