Como después de la salida inesperada de Ángela, Lis y Gonzalo, esta edición de Gran Hermano 11 se nos quedaba un poco pelada de concursantes, la organización ha decidido meter tres nuevos concursantes.
Aunque al principio no querían decir para cuál de las dos casas iba a ir cada uno, para mí estaba claro que los harían pasar a la Casa Espía.
Han aprovechado para hacerlos entrar a la Casa 11 mientras el resto de los concursantes estaba recluído en la sala de expulsiones, deliberando quiénes debían ser los nominados para la próxia semana.
Ha sido muy revelador, que entraran los tres casi a la vez, porque eso quería decir que los tres irían a la misma casa, o si no no había motivo para que la organización los dejara conocerse entre ellos.
La primera en entrar ha sido Carolina, que creo que va a ser una de las que más juego y vídeos divertidos va a dar.
Es una mujer de 36 años, española aunque de padres guineanos.
Trabaja enun centro de pilates, belleza y fisioterapia.
Tiene una hija de 3 años de edad, y vive con el padre de la criaturita.
Dice tener mucho carácter, y que no soporta que la critiquen.
Encima se declara una maniática del orden y la limpieza.
Se echaba las manos a la cabeza viendo el desorden reinante en los dormitorios de la Casa 11, y cuando Mercedes les ha dicho que se fueran a la Casa Espía, ella ha dicho muy teatrera: “Me voy, pero volveré… a recoger todo esto.
Mira qué marranada…”.
El segundo nuevo espía tiene 38 años, es de Majadahonda (Madrid) y se llama Gerardo.
Estudió empresariales y es apoderado taurino.
Es jugador de póker, divorciado y se define a sí mismo como muy polifacético.
No hay más que oírlo expresarse (“tengo un disco y he hecho un libro”) para saber que ninguna de sus muchas caras es excesivamente culta.
Pero al menos no parece mala persona.
Y la última en entrar ha sido Carol, una cántabra afincada en Donosti de 29 años, que trabaja como comercial en un concesionario de coches.
Lo más relevante que sabemos de ella es que, según su jefe, entretiene a sus compañeros de trabajo.
No me dice mucho la verdad, sólo es una cara medio bonita, que se cree más bonita de lo que es en realidad, y que sueña con una vida de fama y riquezas lejos de su gris y aburrida monotonía de comercial.
Una más.
La más graciosa sin duda es Carolina, yo creo que va a caer bien a la gente.
Muy campechana.
Cuando les han dicho a los tres que tenían que bajar por la trampilla para acceder a la Casa Espía, ella se ha quitado los tacones, y se ha dejado ayudar por Gerardo, que le daba la mano muy caballeroso: “Gerardo, qué ideal eres, no te puedo… De cabeza que voy con tó mi glamour”, y muy flamenca ella, ha tirado su bolso sin reparos por las escaleras, aunque la chaqueta no, y ha añadido: “La chaqueta no, que es carísima”.
Presiento que nos vamos a reír mucho con ella.
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