Belén Esteban y Fran se separan.
Al menos de momento.
Al menos mientras no se arreglen las cosas.
Lo cierto es que por ahora su crisis matrimonial es un hecho.
Lo irónico es que Belén le deja justamente porque carece de algo de lo que su ex Jesulín de Ubrique tiene y mucho: ambiciones.
No se siente una mujer feliz, y aunque asegura seguir queriéndole, dice que el matrimonio no funciona como ella esperaba.
Y es por eso por lo que ha decidido poner punto y final a la relación, después de 9 meses de matrimonio.
Según se rumorea, Belén dice que no aspira a que la mantengan, pero que no aguanta que su marido se conforme con ser un mileurista.
No entiende cómo no le dice a su familia que se puede encargar de uno de sus bares, en vez de ser un simple empleado de los mismos.
No es que quiera más bienes porque sí, sino que cree que si su marido asumiera más compromisos podrían tener una vida mejor en pareja y asegurarse un futuro más sólido como familia.
La mayoría de las declaraciones de la ruptura se han dado a conocer en la revista Lecturas, y desde el programa de Ana Rosa han dicho que ellos no quieren entrar mucho más en el tema, puesto que es una compañera, pero que si pueden decir que los escritos en esa publicación son los verdaderos motivos de la crisis por la que está pasando Belén.
Al principio Belén no quiso dar muchas declaraciones, pero al final ya saltó, y con lágrimas y rabia en los ojos pidió que les dejaran un poco en paz.
Tanto ella, como Fran, como la familia de ambos se sienten bastante acosados por la prensa, y es que la verdad, no debe de ser fácil intentar que resurja la chispa del amor con una cámara apuntándote al cogote.
Aunque al parecer no todo está perdido.
Aún mantienen esperanzas y dejan las puertas abiertas a arreglarlo en un futuro.
Quizás un acuerdo entre ambos, un equilibrio de intereses, o si Fran recapacita sobre su situación laboral y acepta asumir nuevos cargos, quizás entonces puedan hacer que su idilio dure.
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