Como era de esperar, después de un episodio un tanto relajado, las cosas vuelven a animarse en Terminator: The Sarah Connor Chronicles.
Pero los guionistas siguen empeñados en hacer episodios demasiado independientes e inconexos.
En este caso, la aparición de una nave ultra sofisticada (los tres puntos tan importantes para Sarah) en el capítulo anterior parece no haber importado a nuestros protagonistas que se han olvidado alegremente del asunto.
Some Must Watch empieza con Sarah internada en una clínica por sus problemas de insomnio.
Partiendo de esta premisa, el episodio juega con el espectador sin decirle nunca qué es la realidad y qué es fantasía.
Un ambiente enigmático que se ve reforzado por las reflexiones filosóficas y un tanto místicas de Sarah al principio y al final del episodio.
Por un lado, vemos como Sarah intenta encontrar remedio a sus problemas de sueño en una clínica especializada donde, poco a poco, va descubriendo que algo no funciona bien.
Al mismo tiempo, el espectador sigue la lucha psicológica entre la madre de John Connor y un secuestrador, el hombre que presuntamente asesinó en la fábrica del desierto.
Las dos realidades se van confundiendo poco a poco hasta que la duda se apodera de nosotros sin saber que es cierto y qué es imaginación.
Una técnica parecida a la utilizada en las películas Los Otros o El Sexto Sentido pero que en el fondo tampoco aporta gran cosa al desarrollo profundo de la trama.
Y es que esta segunda temporada de la serie parece centrarse en exceso en la psicología de los personajes en detrimento de una cierta lógica.
Se llega a echar de menos la claridad (otros lo llamarán sencillez) de la primera temporada.
En definitiva nos encontramos ante un capitulo en el que se ahonda en los pensamientos, paranoias, miedos y otros problemas de Sarah pero que por desgracia parece olvidarse un poco del objetivo final de la historia: salvar a la humanidad de las máquinas.
Una lástima pero, después de ver la promo del próximo episodio, parece que las cosas volverán a la normalidad dentro de nada.
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