Lo malo de las finales de Operación Triunfo es que, como ya no quedan triunfitos que canten porque los han expulsado a casi todos, los directores del programa tienen que buscarse las habichuelas a la hora de rellenar la duración de la gala para que a las telespectadoras les dé tiempo de gastarse la paga extra en los sms y las llamadas a las líneas 905.
Por eso, decidieron saturarnos las neuronas a base de repetir hasta el infinito los temas ‘Jai ho’ y ‘Mi música’ (tema que por cierto a mí me parece un quiero y no puedo, una versión facilona de ‘Mi música es tu voz’ de aquella mítica primera edición de Operación Triunfo).
Menos mal que algo de piedad tuvieron para con nosotros, y llevaron también a Alesha Dixon, que hizo doblete.
En primer lugar, volvió a convertirse en la reencarnación del tipo aquel que cantaba el ‘Mambo nº 5′, durante los minutos que duraba su interpretación de ‘The boy does nothing’.
Que a veces dan gana de decirle: “sí, el chico no hará nada, pero tú con la excusa de estar chivándote todo el día tampoco es que pegues un palo al agua, bonita”.
Paro tampoco podemos quejarnos porque la chica se puso un vestido más discretico y nos cantó su nuevo single, ‘Breath slow’, un baladón precioso, la verdad.
Lo cierto es que la cantante está espectacular en directo.
Por si no pudiste verla, aquí tienes los dos vídeos.
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