Toño se va acomodando en su nuevo trono de Mujeres y Hombres y Viceversa y, en su segundo día, ya tiene una silla de una pretendienta vacía.
El programa hoy le ha traído a Jenni –la morena- para que le sirva de consejera y de apoyo.
Conociendo el expediente de este hombre, no sé yo si empezar a llevarle ex rollos es muy buena idea, porque al final lo que va a hacer es montarse un harem.
Toño ha tenido cita ya con Oninse, la chica que entró de lo más dicharachera y que le dijo aquello de que “morenazo, vengo a por ti”, como si de una película de cabaret de esas malas, malas, se tratara.
El tronista dice que “graciosa, lo es un rato” pero que la chica no le gusta ni siquiera un poquito.
A mí es que más que graciosa me parece cargante…En la cita, Toño ha estado distante y ella se ha pasado toda la conversación justificándose y tratando de evitar una expulsión que parece inevitable.
Y todo ello mientras el tipo que se supone que es el detective privado que lo vigila se paseaba por detrás con una peluca de lo más ridícula.
No nos esperábamos que Toño, el impasible, arrancara en el programa ya con tanta decisión.
¡Esto promete!Toño ha intentado explicar que no tenía nada personal con ella pero que si no le gustaba como posible pareja, era absurdo que continuara en el programa.
Hacer gracia está bien si eres un amigo –o una mascota…- pero desde luego no es el requisito para ser la pareja.
Por otro lado, mientras al tronista hay que sacarle las palabras a tiros, Oninse tiene una incontinencia verbal que no hay quien la aguante.
Si no ha repetido 40 veces que por qué no iban a hacer “una cerveza o unos dardos” (no entiendo la conexión, por cierto), no lo ha dicho ninguna… Con tanta insistencia, el pobre finalmente le ha ofrecido otra cita pero asegurándole que se iba a acabar marchando de todos modos.
¿Esta chica no tiene dignidad? Si la tiene, la lleva bien escondida, desde luego…